Maravilla Martínez: de los goles errados a la roja y una floja estadística :: Olé

Tuvo un partido para el olvido. Adrián Martínez, goleador letal que inspira respeto en los rivales por los goles cruciales que suele convertir en partidos determinantes del Racing de Gustavo Costas, no tuvo la mira calibrada en el encuentro frente a River. Contó con dos situaciones claras para convertir, pero no exhibió su habitual precisión en la resolución. Y terminó siendo expulsado.

Maravilla venía de jugar un flojo partido en el empate sin goles con Independiente en el clásico de Avellaneda. En ese encuentro fue absorbido por la férrea marca de Kevin Lomónaco. Contra el conjunto de Marcelo Gallardo jugó decididamente mal. El equipo intentó abastecerlo con centros, pero perdió los seis duelos aéreos que disputó. Y fue el futbolista con más duelos individuales perdidos durante el encuentro: ganó apenas dos de 15. Por momentos se lo notó contrariado. Y su fastidio se potenció cuando desperdició dos situaciones de gol inmejorables.

La Academia ya caía por 1-0 cuando, a los 22 minutos del primer tiempo recibió un pase largo, intentó puntear la pelota y generó la rápida reacción de Franco Armani, quien salvó su arco con un manotazo providencial. El delantero de 33 años tuvo la oportunidad de tomarse revancha apenas tres minutos más tarde, cuando tras un envío largo y un rechazo defectuoso de la defensa de River logró llevarse la pelota hasta el área de Armani. Martínez Quarta logró recomponerse, le bloqueó el remate en primera instancia y, si bien el goleador tuvo revancha, falló también el rebote.

Visiblemente fastidioso, a los 44 minutos de la primera etapa tuvo una fea reacción. Maravilla fue a disputar un envío aéreo con Juan Portillo, elevó demasiado el codo izquierdo de forma muy imprudente e impactó de lleno en la mandíbula del futbolista del Millonario. A pesar de que el oriundo de misiones terminó ensangrentado, el atacante se salvó de la tarjeta roja, una decisión arbitral que desató la polémica y encendió aun más un partido caliente.

En el complemento Racing prácticamente no tuvo llegadas. Martínez por momentos tuvo que salir del área para entrar en contacto con la pelota, que no le llegaba con claridad. Estuvo muy abocado al roce, a la lucha cuerpo a cuerpo, al juego áspero, aunque no logró tener situaciones de peligro. A los 45 minutos, cuando la Academia intentaba ir por el empate, intentó cubrir una pelota, extendió el brazo izquierdo y golpeó en el rostro a Lucas Martínez Quarta. Por eso acción la segunda amarilla y lo mandaron a las duchas. No fue ninguna Maravilla.